Madrid.

Como hemos vuelto unos días a Madrid dejamos unas canciones escritas entorno a la capital.
Comenzamos con "Madrizz" de Canteca de Macao.
"Tú me vacías de vida con todas tus mentiras, no me das alternativa y me alejas de Madrid. De calles cortadas no se cubren mis palabras y por eso espero al alba callaíta pero prepará. No es necesario esperar que salga el sol para que crezcan nuestras flores en las aceras. Escondieron nuestras voces derrumbando pero solo en cuestión de tiempo volverá a sembrar."

Y como Madrid, como todos los lugares, no en todos los momentos es el mejor lugar donde vivir dejamos también este tema de La Fuga, "Madrid".
"Dame pa' olvidar un sitio menos gris, llevo aquí solo dos días y se me ha olvidao reír. Hoy no estoy pa' nadie, nadie está pa' mi, este corazón podrido se ha cansado de vivir. No fue buena idea venir hasta aquí, no te iba a olvidar por venir a Madrid"

Esta canción no podía faltar. "Pongamos que hablo de Madrid" del mejor cantautor español, Joaquín Sabina.
"Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid."

Y para acabar la mejor canción, para mi gusto. "Chotis fusión" de Alpargata.
"Y en la plaza de los carros, en el barrio La Latina, los chinos hacen parné vendiendo pilas y en la calle Lavapiés un moro senegalés juega a la palota con un bangladita. El día 15 de Mayo un chulapo octogenario luce su boina y su chaleco de cuadros y a su lado un curilla ecuatoriano que ha salido del armario bebe cocacola light.  Parapapa... En la puerta del Candela un quinkillero y un gitano por amor a una papela se dan palos y un travesti solidario en la calle Desengaño le hace a un abuelo tacaño su regalo. En mitad de la Gran Vía en el medio de Babel una moldava se enfría de querer y su chulo anglosajón en el bingo de Montera pierde la cartera por un mal farol. Parapapa... En la comisaría del centro, de la calle Leganitos, pierde el juicio un madero del distrito y un taxista vallecano da paseos sin sentido para cobrarle de más a un despistado, mientras ven a un vagabundo acostado en un cajero muerto en el sueño profundo del dinero y en la estación de Chamartín, en mitad del botellón, se asesina con licor un chavalín. Pa parabara... ¡Ay! Madrid de mis amores, quién te ha visto y quién te ve. ¡Ay! Madrid de mil colores no me traes más que dolores cuando yo te vuelvo  a ver. ¡Ay! Madrid de mis amores, quién te ha visto y quién te ve. ¡Ay! Madrid de mil colores no hace falta que me llores si me voy para no volver."